Comparte: CARLOS A BOSHELL NORMAN
Estamos transitando por momentos complejos y difíciles, el foro económico mundial acaba de publicar el Informe Global de Riesgos 2022, sin olvidar que metodológicamente es una Encuesta de Percepción de Riesgos Globales (GRPS), seguida por un análisis de los riesgos clave que emanan de la actualidad, de la económica, aspectos sociales, ambientales y tecnológicos donde se destacan las percepciones de riesgos globales, preocupaciones sociales y ambientales, abordando una recuperación económica divergente que amenaza la colaboración en desafíos globales, además de una transición climática desordenada que va a exacerbar las desigualdades, enfocan la creciente dependencia digital que intensifica las ciber amenazas, los obstáculos para la acumulación de riesgos de movilidad que generan inseguridad mundial además de las oportunidades en el espacio que podrían ser restringida por fricciones y revisan los rendimientos del segundo año de la pandemia basados en la resiliencia, en dicho reporte nos desglosan los riesgos más severos a escala global a lo largo del que afrontaremos en los próximos 10 años como son el fracaso de la acción climática, clima extremo, pérdida de biodiversidad, erosión de la cohesión social, y crisis de medios de subsistencia, enfermedades infecciosas, daño ambiental humano, crisis de recursos naturales, crisis de deuda y confrontación geoeconómica y es muy importante que las áreas de riesgos y cumplimiento revisen en detalle este reporte en su contexto externo.
Lo cierto es que la realidad en la que seguimos viviendo, que es parecido a un acordeón, unas veces abierto y otras cerradas, y la aparición de variantes en el COVID 19 nos hacen revisar los tiempos para una nueva normalidad, que por ahora está estimada por la OMS hacia el segundo semestre de este año, para algunas organizaciones ha representado contracciones severas en sus operaciones y finanzas, algunas sobrevivieron, pero se vieron abocadas a cambios, transformaciones y ajustes, otras por el contrario aprovecharon la crisis para salir fortalecidas y reposicionarse en su sector, pero al final todas dependen del equipo humano que la operan, la administran y la cuidan. Cada vez que me invitan a participar en charlas, capacitaciones entre otras y al llegar al objetivo hago referencia a la palabra CONCIENCIA, que, en lo personal, la considero como la capacidad para dirimir casos a partir del reconocimiento de aquello que está bien y de lo que está mal y le brinda al ser humano la oportunidad de tomar una decisión y ejecutar un acto, tener la claridad que toda acción tiene una consecuencia, sea positiva o negativa según el caso. Pero para llevar a la persona a esa conciencia, es vital la formación y el entrenamiento en la prevención de riesgos y si a esto le sumamos el “ejemplo”, tendremos unas buenas bases para hablar de cultura en prevención de riesgos.
Al referirnos al significado de cultura de riesgos ha sido desarrollado por autores e instituciones en su oficio de generación de conocimiento o de prestación de servicios relacionados con el tema de gestión de riesgos. Al recolectar las definiciones de cultura de riesgos, se encuentran elementos comunes que permiten definirla como un conjunto de actitudes, prácticas, valores y conocimiento que guían el comportamiento de los empleados de una organización para enfrentar el riesgo en las tareas ejecutadas en su día a día.
Algunas de las definiciones encontradas en las organizaciones permiten visualizar que cada compañía construye su propia definición de cultura de riesgos a partir de la ejecución de un proceso de administración de riesgos y de la identificación de sus fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas en la gestión, así como del respaldo permanente de todo el personal de la organización.
Así, los elementos comunes evidenciados en las definiciones de cultura de riesgos, en la teoría y en la práctica son los siguientes:
- Partes involucradas: alta dirección, empleados y terceros interesados como los clientes, proveedores etc.
- Características: reconocer la existencia del riesgo, ser conscientes e interiorizar que las organizaciones están expuestas al riesgo por el hecho de existir.
- Acciones clave: identificar, definir medidas de tratamiento, analizar y monitorear los riesgos.
En síntesis, la cultura de riesgos involucra a todo el personal y es un proceso que se desarrolla de forma progresiva, constante y requiere como base la sensibilización de los empleados a través del reconocimiento de los valores corporativos. Por esta razón, las estrategias deben estar enfocadas en el ser humano, como eje central, al tener en cuenta los sentimientos, pensamientos de las personas e identificación de los diferentes tipos de cultura presentes en la organización. No se puede olvidar, que la cultura es un elemento inherente en el sistema de gestión de riesgos al ser entendido como el autocontrol y el mejoramiento continuo de cada uno de los colaboradores.
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE LA CULTURA DE RIESGOS EN UNA ORGANIZACIÓN?
La cultura de riesgos es importante porque todas las organizaciones están expuestas a diversos riesgos para la consecución de sus objetivos estratégicos, tácticos y operativos que afectan significativamente la capacidad de tomar decisiones soportadas en riesgo, al crear conciencia y actitudes de compromiso, responsabilidad y participación de los empleados, encaminado a responder asertivamente a las situaciones de peligro que pueden ser agentes de amenaza para la organización.
Otro aspecto que se debe tener en cuenta en la cultura de riesgos al momento de adoptar un sistema de gestión es la dificultad generada por el hecho que los seres humanos como individuos, no necesariamente se comportan de manera lógica, previsible y controlable, cada individuo tiene su percepción única de riesgos, todos los grupos y organizaciones tienen su propio enfoque y la cultura de riesgos puede ser o no útil en el manejo exitoso de los mismos.
Por consiguiente, la cultura de riesgos es importante en una organización y conduce a que la gestión del día a día se desarrolle bajo los lineamientos definidos para la administración de riesgos dentro de un marco de gestión. En la práctica, hablar de riesgos es gestionar el valor de una compañía, es algo que se debe vincular desde el principio para generar un cambio en la percepción del riesgo en la organización.
Cada empleado desde su rol debe tener conocimiento de la estrategia y debe verse identificado en ella, para que a partir de allí haga el despliegue de la gestión de riesgos.
MARCO DE REFERENCIA DE LA CULTURA DE RIESGOS
En la teoría existen diferentes aproximaciones al marco de cultura de riesgos propuestos, los cuales comparten elementos relacionados con el gobierno de la organización, el papel indispensable de la alta dirección en el fomento de la cultura de riesgos, las habilidades relacionadas con el recurso humano, las herramientas tecnológicas, las políticas, procesos y procedimientos, y la sensibilización de los empleados, a través de incentivos y recompensas relacionadas con la gestión de riesgos. No obstante, el enfoque que ofrece mayores herramientas e información pública disponible, para que pueda ser usada con el propósito de generar conocimiento para las organizaciones, que busca analizar, planificar y actuar para influir en la cultura de riesgos de cualquier organización, y ayudarlas a obtener una mayor comprensión de su propia cultura de riesgos, al ofrecer algunas herramientas prácticas que puedan utilizar para impulsar el cambio. A continuación, este marco se resume en la figura cuatro (4) como un conjunto de relaciones entre diferentes factores que influyen en la cultura de riesgos de una organización, que debe ser leído desde el círculo más pequeño hacia el más grande, donde se reconoce que la cultura organizacional hace parte de la cultura de riesgos.
CAPAS CONECTADAS CON EL INDIVIDUO
La predisposición personal al riesgo
Cada individuo llega a una organización con su propia percepción personal del riesgo. Esta predisposición es posible medirla a través de herramientas de evaluación de la personalidad que permitan identificar rasgos, como, por ejemplo, optimistas vs pesimistas, cautelosos vs ansiosos, conformes vs resilientes.
En términos de construcción de cultura, el balance de los rasgos mencionados anteriormente influye en la formación de la cultura de riesgos, debido a que tiene una influencia significativa en la dinámica del equipo y afecta la percepción colectiva del riesgo, la voluntad de tomar riesgos, las percepciones interpersonales, el intercambio de información y la toma de decisiones.
La ética personal
Las organizaciones deben estar atentas al perfil ético de las personas que trabajan en sus negocios. Cada individuo llega con su propio balance de valores y éstos tienen una gran influencia sobre las decisiones que toman en el día a día. Es por esto que existen tres conciencias éticas que intervienen en el proceso de toma de decisiones de los individuos:
- Ética de la obediencia (cumplimiento de las reglas, el espíritu de la ley, etc.).
- Ética del cuidado (empatía, preocupación, respeto, etc.).
- Ética de la razón (sabiduría, experiencia, prudencia, etc.).
Las personas fundamentalmente quieren hacer lo correcto. Por lo tanto, es altamente recomendable para las organizaciones desarrollar una cultura decente, abierta y respetuosa que permita a los seres humanos interactuar en el trabajo como lo harían en su entorno familiar o social. Esta es la cultura que mitiga los riesgos y daños a la reputación, alienta un mayor rendimiento y rentabilidad, la cual se produce en el desarrollo de un modelo de negocio ético y sostenible.
El comportamiento
La cultura de una organización está compuesta por el comportamiento repetido de cada uno de sus miembros. El comportamiento del grupo y de sus individuos está formado por sus actitudes, que son la posición elegida por un individuo o grupo hacia el riesgo. En este orden de ideas, tanto el comportamiento como las actitudes están influenciados por la cultura de riesgos dominante del grupo. Por esta razón, es importante que la organización identifique los tipos de cultura que coexisten dentro de ella.
Igualmente, no hay que olvidar que las decisiones pueden ser el resultado de las acciones o comportamientos guiados por los juicios hechos o las acciones pueden ser el resultado de las decisiones. El juicio es determinado en gran medida por el carácter individual, por cómo se evalúan las circunstancias, las experiencias y las personas sobre la base de la interpretación personal de los valores fundamentales, profundamente arraigados como el coraje, la equidad, la confianza, la excelencia y la humildad.
La cultura de riesgos – Aspectos del modelo
La última capa del marco de referencia es la cultura de riesgos, siendo el conjunto de actitudes, prácticas, valores y conocimiento que guían el comportamiento de los empleados para enfrentar el riesgo en las tareas ejecutadas en su día a día. Para que la organización pueda transformar la cultura de riesgos, se propone a continuación, en la figura cinco (5), un modelo que permita establecer los aspectos claves de una cultura de riesgos saludable, el cual está compuesto por el compromiso de la alta dirección en la gestión de riesgos, el gobierno para la gestión de riesgos, las habilidades y recursos de riesgos, la toma de decisiones basadas en riesgos, el apetito de riesgo, la comunicación de riesgos, y la capacitación y desarrollo para la gestión de riesgos.
Para concluir, TODOS somos responsables de la Cultura para el manejo de los riesgos en la organización, la Alta Dirección en su tarea estratégica para la delinear las políticas y los modelos de formación capacitación, entrenamiento, los Dueños de los Procesos en el cumplimiento, medición y monitoreo de estas tareas, el área administrativa en garantizar los recursos y la infraestructura que garantice el desarrollo de la cultura, y las áreas de sistemas de gestión enfocados en realizar esa tarea.
El modelo de cultura de riesgos debe estar alineado con el negocio de la organización y debe ser pilar fundamental del sistema de gestión de riesgos, para impactar de manera positiva aspectos como la competitividad, la sostenibilidad y la consecución de los objetivos estratégicos de la organización.
CONCIENCIA Y EJEMPLO, dos factores claves para garantizar la Cultura para el manejo de los riesgos.
0 comentarios